Las personas reflexivas tienen características muy particulares, ya que tienen una forma diferente de interpretar al mundo. Cómo saber si una persona es muy reflexiva puede llegar a ser muy útil en las relaciones, y al momento de desarrollar empatía por otros.
Seguramente conoces al menos a una de ellas, y probablemente no lo hayas podido identificar aún. Para que puedas comprender mejor, primero te contamos sobre algunas de sus características generales y su comportamiento: Para este tipo de personas, los detalles pequeños tienen mucha importancia, y la mayoría de las veces no los dejan pasar por alto, por más simples que para otros parezcan.
Estas personas son sumamente analíticas, observadoras. También tienen altos niveles de introspección.
Una característica fundamental, es que evalúan las situaciones profundamente. Pueden pasar mucho más tiempo considerando tomas de decisiones que otro tipo de personas.
Una persona reflexiva encuentra gran significado y valor profundo en situaciones cotidianas de la vida u objetos comunes. Puede ver todo desde otro foco.
Todo esto se refleja en el rostro, a través de varios elementos importantes. A continuación, descubre cómo saber si una persona es muy reflexiva conociendo 4 rasgos morfológicos claves.
¿Cómo se puede saber si una persona es muy reflexiva?
Principalmente, cuando queremos identificar si una persona es muy reflexiva, podremos determinar que en la persona domina el control y la capacidad de reflexión y análisis, si prevalecen la mayoría de los rasgos morfológicos que vamos a describir a continuación:
1. Perfil contenido, vertical.
La persona posee un perfil contenido, vertical. Esto siempre va a significar que la persona necesita prever lo inesperado, y por eso le gusta tomar distancia, planificar, ver alternativas y evaluar la que más le interesa tras hacer un proceso de reflexión largo, en función de los elementos de control que tenga en la frente. A más vertical la frente más necesidad de reflexión.
2. Los receptores están protegidos.
En este caso, la zona cerebral que asume el control de las acciones, es la que más va a marcar la tendencia general. Por lo tanto, son los ojos los que deberán estar en contención.
3. Zonas emocional e instintiva: rol secundario
El resto de zonas (emocional e instintiva) al igual que la nariz y la boca, juegan un papel importante pero secundario. Si la frente y los ojos están en contención, pero las zonas emocional y/o instintiva están en proyección, entonces la persona tiene un comportamiento oscilatorio.
Su parte racional le pide prudencia, mesura y distancia, pero su parte emocional e instintiva pueden estar enviándole una señal contradictoria. Esto ocasiona que la persona sea ambivalente, y en muchos casos llegue a sentirse desconcertada, porque no sabe el motivo de esos cambios de tendencia.
La Psicología del Rostro aporta mucha mucha luz a estas personas de comportamientos alternos, para que desde la comprensión y autoevaluación, puedan comprenderse y aceptarse de mejor modo.
4. Importancia del SuperYO
Si la persona es 100% contenida y no tiene ninguna zona o receptor con una ligera proyección, puede quedar bloqueada por exceso de análisis, tendrá un SuperYO excesivamente rígido y los sentimientos de culpabilidad y autocrítica serán muy severos.
En ese caso, es recomendable que realicen un proceso de autoconocimiento por su bienestar, cuyo primer paso ideal es una sesión de autoconocimiento para que entiendan perfectamente qué les sucede y porqué se sienten de determinadas formas.
Finalmente, así puedes saber si una persona es muy reflexiva:
Al evaluar todos los rasgos, habrá que hacer una ponderación general de todos los elementos del rostro para observar sí:
A) Domina la contención (control, análisis, prudencia); B) Si hay equilibrio entre en impulso y el freno (y en que zonas de la personalidad), ó C) Si por el contrario domina la impulsividad.
Fascinante, ¿cierto? Si quieres saber más sobre Psicología del Rostro y Autoconocimiento, consulta nuestra oferta formativa aquí.