Para alcanzar las metas o aspiraciones de vida, bien sea en el ámbito profesional o personal, es necesario contar con una buena autoestima y confianza en sí mismo. ¡Aumentar tu autoestima es posible!
Es conocido que esto no es tarea fácil; muchas personas no crecieron en entornos amenos y factibles para desarrollar de forma correcta su autoestima, o han sufrido abusos y maltratos que han terminado por hacer mucho daño emocional y socavar su confianza.
Seguramente has leído antes que existen recetas para eliminar el dolor que se esconde detrás de tener una baja autoestima, o trucos mágicos para aumentar el autoestima como si fuese el volumen del televisor… pero eso no es lo que vas a leer a continuación.
Por el contrario, encontrarás verdades que te abrirán los ojos y te permitirán, si así lo decides, cambiar hoy tu forma de verte a ti mismo y trabajar para valorarte y amarte verdaderamente.
¿Cómo hacer todo esto? A través de la Psicología del Rostro.
1. Reconoce tus debilidades para aumentar tu autoestima
En la mayoría de las ocasiones las personas con baja autoestima exageran los defectos que ven en sí mismos, los amplifican y maximizan.
El trabajo a realizar no es amplificar ni minimizar nuestros defectos y dificultades, sino reconocerlos de manera clara, identificando cada uno de manera correcta.
No se trata de enumerarlas, se trata de RECONOCERLAS como propias y encararlas.
A través de los rasgos faciales, es posible conocer este tipo de aspectos.
Ejemplo: una de las características de las personas altamente influenciables son los ojos átonos, llamados también “ojos caídos”. Suelen tener poca conciencia de sí mismos y por ello ser débiles ante las influencias del exterior.
2. Reconoce tus fortalezas para aumentar tu autoestima
Que las debilidades a veces sean más fáciles de observar, no significa que las fortalezas no tengan su dificultad. Muchas veces nos preguntamos ¿Para qué soy bueno?, y la verdad es que no existe respuesta acertada a esa pregunta si no existe un autoconocimiento profundo del propio ser.
En el primer ejemplo, se hace referencia a las personas con ojos átonos seguido de una debilidad que los caracteriza. Ahora, verás como la misma característica representa una fortaleza.
Ejemplo: Las personas con ojos átonos son muy creativas y poseen una imaginación superior. Ven el mundo con menos juicio.
3. Reconoce debilidades y fortalezas como parte de un todo: tú.
Con todas las piezas sobre la mesa, reconocidas y tomadas como propias sin prejuicio, es cuando es necesario comprender que ambas, debilidades y fortalezas, componen a la persona que eres hoy.
¡Así es! Nadie es perfecto, es importante que te reconozcas y valores con todo lo que te compone. Debes darte cuenta de que detrás de una virtud, se esconde un defecto y viceversa.
Poder visualizar tal y como eres te va a permitir obtener un mayor nivel de autoconsciencia, que a su vez te dará capacidad de acción.
4. Responsabilízate de ti
Una vez que has reconocido las dos caras de la moneda, tienes una responsabilidad en tus manos.
Debes preguntarte ¿Qué hacer con esas debilidades y fortalezas que me pertenecen?
Si bien son parte de ti, tú decides qué hacer con ellas. Conociendo bien quién eres, tus pasiones, instintos y miedos, absolutamente TODO de forma clara y honesta, podrás utilizarlo a tu favor. Para alcanzar tus metas, para mejorar tus relaciones… Para amarte más y ser una mejor versión de ti.
La Psicología del Rostro es una herramienta perfecta para hacerlo, ya que permite observar las necesidades profundas de una persona a nivel inconsciente, sus tendencias naturales y reprimidas, sus instintos, sus talentos y dificultades.
También es posible observar la evolución de tu vida a través de la evolución de tu rostro y usar toda esa información para transformar tu vida, alcanzar mayor plenitud, felicidad, y amor propio. Si quieres saber cómo puedes alcanzar este nivel de crecimiento personal, te recomendamos realizar una Consulta de autoconocimiento.
No te rindas, busca siempre alcanzar tu felicidad y plenitud. ¡Lo mereces!